Escrito por Edna Guadalupe Viveros

Durante el siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, miles de inmigrantes europeos viajaron a América en busca de una vida mejor. Obligados por la difícil situación económica en sus países y animados con las promesas de abundancia en el nuevo continente, abandonaron todo y se lanzaron a ultramar.
Vendieron sus contados bienes para comprar un pasaje en los barcos que los llevarían a una tierra de ensueño. Españoles, franceses, polacos, turcos, sirios, libaneses e italianos cruzaron el Atlántico llenos de esperanzas.
Varías fueron las compañías que cubrían las rutas de Europa a América, españolas, alemanas, portuguesas, italianas, inglesas, etc. Entre las italianas más importantes, figuraban la Navigazione Generale Italiana (NGI), La Veloce Linea de Navigazione a Vapore (la Veloce), y la Linea Nazionale de Navigazione a Vapore.
En el último tercio del siglo XIX, el ir y venir de vapores a través del Atlántico se tornó frenético, movidos por el interés económico de las empresas navieras, y de los intermediarios que cobraban una comisión por convencer a los inmigrantes de abandonar sus raíces y embarcarse a la aventura.
En medio de esta vorágine, y debido a la crisis alimentaria que padecía el norte de Italia por las inundaciones del río Piave y sus afluentes que acabaron con las cosechas, las familias fundadoras de la colonia Carlos Pacheco tomaron la decisión de abandonar su tierra .
El 27 de enero de 1882, 1513 personas partieron de Génova en el vapor MESSICO y llegaron a Veracrúz el 24 febrero. Entre ellas, Giovanni Batista Borzani , Carolina Lepori (embarazada) y sus 2 hijas; Orsola y Fiorina. Orsola, la mayor, además de su puñado de ilusiones, traía una pequeña bolsa de tesoros, semillas que le dio su abuelo, un rosario y un sweater tejido por su abuela, y unos caracoles que le regaló un amiguito de su pueblo que había conocido el mar.
Mi bisabuela y su familia, sin más equipaje que su audacia, unos cuantos enseres domésticos y una gran dosis de esperanza, emprendieron la aventura más grande de su vida. Con total incertidumbre de lo que les esperaba y sin haber conocido el mar anteriormente, se marcharon a otro continente.
El MESSICO era un barco con una larga historia. Nombrado originalmente ETNA, este tenía la capacidad para 120 pasajeros en primera y 400 en tercera clase. Fué originalmente construido por Caird & Co, en Greenock y botado el 26 de agosto de 1854 por la línea Cunard. Dotado con 2215 toneladas de peso y con medidas de 92.96 m de largo por 11.46 metros de ancho, éste contaba con tres mástiles, casco de acero, arcos clipper y una velocidad de 10 nudos.
En 1855, el barco sirvió como transporte de tropas en la guerra de Crimea. El 5 de febrero de 1856 navegó desde Havre a Nueva York y después desde Liverpool a Nueva York. Éste también fue usado en la ruta Nueva York – Chagres.
En 1857 navegó para la European & Australian RMSP & Co en la ruta Southampton – Malta – Alejandría y en 1860 fue vendido a la Inman Line.
En 1865 fue reconstruido con 2655 toneladas y 106.38 metros y renombrado CIUDAD DE BRISTOL . Lo equiparon con máquinas que le permitían una velocidad de 12 nudos y lo usaron en el servicio de la ruta Nueva York – Liverpool.
En 1881 fue vendido a Márques de Campo de España y renombrado MEXICO. En 1882 es vendido a Italia y renombrado MESSICO. Es en este lapso cuando realiza la travesía de Génova a Veracrúz con nuestros antepasados a bordo.
Si bien con la remodelación de 1865 aumentó en dos nudos su velocidad y su capacidad de carga, parece imposible que en su único viaje a Veracrúz haya transportado 1513 personas.
En 1883, es vendido a Raffaele Rubattino y renombrado SEMPIONE. En 1884, es vendido a Societa Rocco & Piaggio & Figli de Génova y renombrado ADRIA; con esta empresa el primero de junio de 1884 realizó el primer viaje Génova – Monevideo – Buenos Aires. En 1885 esta compañía fue adquirida por la empresa Navigazione Generale Italiana.
Por once años más, el barco siguió navegando hacia América del sur, con su carga de ilusiones y esperanzas en los corazones de los miles de inmigrantes que transportó.
En 1896 su vida útil terminó y fue desguazado en Italia.